14 de junio, miércoles X del tiempo ordinario. San Eliseo
Evangelio
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos».
(Mt 5,17-19)
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Muy querida alma:
No he venido a abolir ni la ley ni los profetas, sino a darles plenitud… esa plenitud que sólo el amor puede dar.
Sé que a veces no entiendes la ley, que te cuesta y muchas veces la ves como un fardo pesado impuesto por un tirano. ¿Sabes?, no quiero fastidiarte… sólo quiero que seas feliz. Toda la ley no es otra cosa que un intento para acercarte a Mí. Sólo quiero que estés conmigo… ¡Sólo quiero que sepas que te amo!
13 de junio, martes X del tiempo ordinario. San Antonio de Padua
Evangelio En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal …
12 de junio, lunes X del tiempo ordinario. San Juan de Sahagún
Evangelio
En aquel tiempo, viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
11 de junio. Domingo de la Santísima Trinidad. La vida contemplativa, joya de la diócesis.
Carta de nuestro Cardenal Arzobispo
Queridos hermanos y hermanas:
Me dirijo a toda la diócesis para que guieis vuestra atención a los monasterios de vida contemplativa, que son como una especie de joyero de nuestra diócesis, donde encontramos los mejores adornos de nuestra Iglesia diocesana, como de toda la Iglesia. Las monjas contemplativas, son para mí algo muy querido, mucho les debo, valoro, aprecio, y agradezco, porque en ellas nos acercamos a esa realidad tan fundamental y querida por la Iglesia que se encuentra en lo más nuclear de su corazón: la contemplación y la adoración.
Hay que acercarse a ellas, particularmente el domingo de la Santísima Trinidad –este año, el domingo 11 de junio– en el que las tendremos muy presentes, sobre todo, en la oración; acercarnos a ellas como de puntillas, para asomarnos con sumo respeto y ánimo de acogida, a sus monasterios que son comunidades de oración y de la fuerza del silencio en medio de las comunidades cristianas, de nuestra ciudades y nuestros pueblos. La vida contemplativa, por eso, está en el corazón y en la entraña misma de la vida de la Iglesia y de los hombres.
10 de junio, sábado IX del tiempo ordinario. Beato Juan Dominici, Arzobispo de Ragusa y Cardenal
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús a las gentes en su predicación: «Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia más rigurosa».
Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir». (Mc 12,38-44)
Beato Juan Dominici, Arzobispo de Ragusa y Cardenal
Entre los registros del Beato Juan Dominici que han llegado a nosotros, hay una breve biografía escrita por San Antonino, Arzobispo de Florencia, así como un retrato pintado del famoso Fray Angélico, en los muros de la catedral de San Marcos.
San Juan era un florentino de origen humilde que vino al mundo en 1376.
9 de junio, viernes IX del tiempo ordinario. San Efrén
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: «¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: ‘Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’. El mismo David le llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?». La muchedumbre le oía con agrado.
(Mc 12,35-37)
San Efrén
Nació en Nisibi (Mesopotamia septentrional) a comienzos del siglo IV. Recibió el bautismo a los 18 años y trabajó como empleado de un baño público.
El Instituto Religioso Iesu Comunio funda en Godella en el antiguo Monasterio de Las Salesas. Misa de acción de gracias 10 de junio a las 5 de la tarde en la Catedral de Valencia
Iesu Comunio en Valencia Web de Iesu Comunio
7 de junio. miércoles IX del tiempo ordinario. San Isaac de Cordoba
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, se le acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan que haya resurrección, y le preguntaban: «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno y deja mujer y no deja hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano. Eran siete hermanos: el primero tomó mujer, pero murió sin dejar descendencia; también el segundo la tomó y murió sin dejar descendencia; y el tercero lo mismo. Ninguno de los siete dejó descendencia.
8 de junio, jueves Nuestro Señor Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote
Ermita de El Salvador:
19 horas. Exposición al Santísimo y Santo Rosario
20:00 Misa. Sufragio: Luis Mújica Alonso, Asunción y Maruja Guerola, Rigoberto López. Intención: Por los sacerdotes, vivos y difuntos
Evangelio :
Jesús fue con sus discípulos a un huerto, llamado Getsemaní, y le dijo:
«Sentaos aquí, mientras voy allá a orar».
Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a sentir tristeza y angustia.
Entonces les dijo:
«Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo».