5 de noviembre. Lunes de la XXXI semana del Tiempo Ordinario

Ermita del Salvador

  • 19:30 Rosario
  • 20:00 Misa

Encuentro Francisco

El Lunes 5, Martes 6 y Miércoles 7 de Noviembre en el Salón Parroquial de El Salvadora las 20.30 horas. (Calle Manuel Tomás, 6)

OBJETIVOS:

  1. Conocer, valorar y asumir la propuesta del Concilio Vaticano II. Contenidos y consecuencias
  2. .Conocer, valorar y asumir la propuesta del papa Francisco. Contenidos y consecuencias.
  3. Formar y establecer una comunidad parroquial de oración-acción que tenga en cuenta las intenciones de Francisco.
  4. Formar y establecer una comunidad parroquial en continua renovación que haga posible y efectiva. una “Iglesia en salida”.

Ponente: D. Rafael Vicente Ortiz Angulo.Profesor de Magisterio y Pedagogía
en la Universidad Católica de Valencia

TEMARIO:

Lunes 5 de noviembre: La novedad eclipsada del Concilio Vaticano II y el Papa Francisco como regalo del Espíritu.

  1. Explicación de la iniciativa y motivación.
  2. El Concilio Vaticano II en la perspectiva de la historia de la Iglesia.

Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,1-4):

Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 130,1.2.3

R/. Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad. R/.

Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre. R/.

Espera Israel en el Señor
ahora y por siempre. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,12-14):

En aquel tiempo, dijo Jesús a uno de los principales fariseos que lo había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.»

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

De catholic.net
Para Jesús la caridad no tiene límites. Igualmente compartía la mesa con el fariseo que lo invitaba, como también se auto-invitaba a la casa de los pecadores, como Mateo y Zaqueo.
Cuando hacemos una buena acción por alguien, principalmente si nos cuesta, nos sentimos pletóricos de alegría después de hacerla. En lo profundo tenemos la certeza de que esa sensación no viene del «dar» materialmente hablando, sino de darnos a nosotros mismos.
Ahora bien, ¿qué pasaría si además de vivir la caridad de este modo, agudizáramos el ojo espiritual en la vida corriente de todos los días? San Pablo dice: «Vence el mal con el bien.» (Rm 12,21) Si somos cristianos, no es suficiente decir «voy a misa los domingos y con eso cumplo», o «soy católico y rezo de vez en cuando por la gente que me hace daño»; si no actuamos como Cristo y le dejamos actuar en nuestra vida, todo se queda en costumbres y no viviremos el verdadero cristianismo.
Prontamente seríamos santos si ofreciéramos el banquete del amor a todas aquellas personas que no nos pueden devolver en esta vida el bien que les ofrecemos.

«Tal fe implica en la acción y suscita buenas costumbres. Es mirada que acompaña procesos, transforma los problemas en oportunidades, mejora y construye la ciudad del hombre. Deseo que sepáis saber afinar y defender siempre esta mirada; superar la tentación de no ver, de alejar o excluir. Y os animo a no discriminar; a no considerar a nadie como excedente; a no conformaros con lo que todos ven. Que nadie dicte vuestra agenda menos los pobres, los últimos, los que sufren. No agrandéis las filas de los que corren a contar esa parte de realidad que ya está iluminada por los focos del mundo. Partid desde las periferias, conscientes de que no son el final, sino el inicio de la ciudad.»
(Discurso de S.S. Francisco, 1 de mayo de 2018).