Vigilia de Oración ante la votación del proyecto de Ley Eutanasia

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AL PUEBLO DE DIOS QUE PEREGRINA EN LA DIÓCESIS DE VALENCIA
Carta del Cardenal Arzobispo de Valencia, ante el debate, el próximo jueves 17 de diciembre en el Congreso, de la ley de eutanasia

Queridos hermanos, sacerdotes, religiosos, religiosas, personas consagradas, fieles cristianos laicos:
El próximo día 17, jueves, parece que se va a debatir en el Congreso de los Diputados la ley de eutanasia, y probablemente, por desgracia, se aprobará. Una vez más, decimos NO a esta ley perversa e inicua, NO a la eutanasia, y SI a los cuidados paliativos, expresión de la compasión y de la caridad que debemos a la persona humana y a las familias ante esa fase final de la vida.La Conferencia Episcopal ha publicado una Nota a la que me adhiero enteramente, y así por esta carta, hago llegar a todos mi deseo y mandato que esta Nota sea leída este domingo, día 13, en todas las iglesias, en todas las Misas, al final de la poscomunión. Como leemos en dicha Nota el día 16 será día de oración y ayuno. Y añado, que el día 16, se hagan en todas las iglesias, vigilias de oración pidiendo que, en el último minuto, pueda suspenderse o no se apruebe esta ley cruel e inhumana, cumpliendo, eso sí, escrupulosamente las normas vigentes para evitar contagios de la pandemia del Covid-19.

Me permito invitar también a los hermanos de otras confesiones cristianas y de otras tradiciones religiosas a la vigilia de oración que tendremos en el salón de actos de la Facultad de Teología, el día 16 a las 19 horas. El día 17, además, ondearán las banderas a media asta en los edificios eclesiásticos con un crespón negro y también en los balcones de los ciudadanos que lo quisieran en señal de duelo y de rechazo a la ley.

Es un momento muy doloroso pero para nosotros, fieles católicos, tenemos puesta la esperanza en el Señor y en la Santísima Virgen María, Inmaculada, Patrona de España en la que fue vencido definitivamente el mal. La Ley de Dios y la enseñanza de la Iglesia son muy claras: Con el Señor de la Vida y la Madre de la vida, madre de todos singularmente de los más vulnerables estamos a favor de la vida y la defenderemos y protegeremos siempre. Sabed todos, os lo recuerdo, que los diputados, cooperadores necesarios, que voten a favor de la ley de la eutanasia se sitúan contra la Ley de Dios que está por encima de toda ley humana, y al margen de la enseñanza de la Iglesia y de su fe, y aún de la recta razón; pido por ellos que sean responsables ante Dios y ante los hombres.

¡Ánimo, esperanza, preparemos los caminos al Señor, como pide Juan el Bautista. No lo olvidemos: los caminos del Señor se preparan con oración, ayuno, penitencia, conversión. ¡Estamos a tiempo, es tiempo de esperanza!

Con mi oración y bendición. Y mi afecto a todos.
Valencia, 11 de diciembre, 2020

+Antonio Cañizares Llovera
Arzobispo de Valencia

Nota de la Conferencia Episcopal Española ante la aprobación en el Congreso de los Diputados de la ley de la eutanasia

1.- El Congreso de los Diputados está a punto de culminar la aprobación de la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia. La tramitación se ha realizado de manera sospechosamente acelerada, en tiempo de pandemia y estado de alarma, sin escucha ni diálogo público.  El hecho es especialmente grave, pues instaura una ruptura moral; un cambio en los fines del Estado: de defender la vida a ser responsable de la muerte infligida; y también de la profesión médica, «llamada en lo posible a curar o al menos a aliviar, en cualquier caso a consolar, y nunca a provocar intencionadamente la muerte». Es una propuesta que hace juego con la visión antropológica y cultural de los sistemas de poder dominantes en el mundo.

2.- La Congregación para la Doctrina de la Fe, con la aprobación expresa del papa Francisco publicó la Carta Samaritanus bonus sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida. Este texto ilumina la reflexión y el juicio moral sobre este tipo de legislaciones. También la Conferencia Episcopal Española, con el documento Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida, ofrece unas pautas clarificadoras sobre la cuestión.

3.- Urgimos a la promoción de los cuidados paliativos, que ayudan a vivir la enfermedad grave sin dolor y al acompañamiento integral, por tanto también espiritual, a los enfermos y a sus familias. Este cuidado integral alivia el dolor, consuela y ofrece la  esperanza que surge de la fe y da sentido a toda la vida humana, incluso en el sufrimiento y la vulnerabilidad.

4.- La pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad de la vida y ha suscitado solicitud por los cuidados, al mismo tiempo que indignación por el descarte en la atención a personas mayores. Ha crecido la conciencia  de que acabar con la vida no puede ser la solución para abordar un problema humano. Hemos agradecido el trabajo de los sanitarios y el valor de nuestra sanidad pública, reclamando incluso su mejora y mayor atención presupuestaria. La muerte provocada no puede ser un atajo que nos permita ahorrar recursos humanos y económicos en los cuidados paliativos y el acompañamiento integral.  Por el contrario, frente a la muerte como solución, es preciso invertir en los cuidados y cercanía que todos necesitamos en la etapa final de esta vida. Esta es la verdadera compasión.

5.- La experiencia de los pocos países donde se ha legalizado nos dice que la eutanasia incita a la muerte a los más débiles. Al otorgar este supuesto derecho, la persona, que se experimenta como una carga para la familia y un peso social, se siente condicionada a pedir la muerte cuando una ley la presiona en esa dirección. La falta de cuidados paliativos es también una expresión de desigualdad social. Muchas personas mueren sin poder recibir estos cuidados y sólo cuentan con ellos quienes pueden pagarlos.

6.- Con el Papa decimos: «La eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos. La respuesta a la que estamos llamados es no abandonar nunca a los que sufren, no rendirse nunca, sino cuidar y amar para dar esperanza». Invitamos a responder a esta llamada con la oración, el cuidado y el testimonio público que favorezcan un compromiso personal e institucional a favor de la vida, los cuidados y una genuina buena muerte en compañía y esperanza.

7.- Pedimos a cuantos tienen responsabilidad en la toma de estas graves decisiones que actúen en conciencia, según verdad y justicia.

8.- Por ello, convocamos a los católicos españoles a una Jornada de ayuno y oración el próximo miércoles 16 de diciembre, para pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana.  Invitamos a cuantas personas e instituciones quieran unirse a esta iniciativa.

Nos acogemos  a Santa María, Madre de la Vida y Salud de los enfermos y a la intercesión de San José, patrono de la buena muerte, en su año jubilar.

Madrid 11 de diciembre de 2020