Templo Carmelitas
- 19:00 Misa. Sufragio José Hernández Gimeno
- A continuación Exposición del Santísimo hasta las 20:30
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (4,32-37):
EL grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común.
Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba a todos con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía a cada uno según lo que necesitaba.
José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa hijo de la consolación, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 92,1ab.1c-2.5
R/. El Señor reina, vestido de majestad
El Señor reina, vestido de majestad;
el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.
Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R/.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (3,5a.7b-15):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu».
Nicodemo le preguntó:
«¿Cómo puede suceder eso?».
Le contestó Jesús:
«¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo: hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de las cosas celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna».
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio
Rosa Ruiz rmi
Queridos hermanos:
Muchos exégetas y biblistas nos recuerdan que leer literalmente este famoso texto de Hechos sobre la comunión de las primeras comunidades, faltaríamos a la realidad. De lo que no cabe duda es que este es el horizonte fraterno hacia el que todo creyente camina:
- Un solo corazón y una sola alma
- Donde nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común
- Dar testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor.
- Entre vosotros no haya necesitados, porque compartís los bienes
Parafraseando el salmo, podríamos repetirnos hoy: “Cuando vivimos así, el Señor reina vestido de majestad”. Y, sin embargo, confiamos la majestad de Dios o si gloria a otras cuestiones que quizá embellecen bastante menos su Rostro.
El Evangelio continúa el pasaje de ayer, el encuentro entre Nicodemo y Jesús. Y nos sigue invitando a nacer de nuevo, a dejar lo viejo que hay en nosotros: cuando esto ocurre, el Espíritu nos lleva y se produce el milagro, nos acercamos al horizonte que anhelamos y que tan improbable nos resulta.
Para nuestro modo de razonar, en esos momentos, ¡todo debería encajar! ¡Tendríamos que vivir con una certeza y una luz que nos diera paz y nos quitara todo temor! Porque estamos naciendo del agua y del Espíritu, estamos dejándonos llevar por Él.
Pero no es así. Lo propio de ser llevados por el Espíritu es sentir que no sabemos apenas nada, ni de dónde venimos ni a dónde vamos… ¡tantas veces! Quizá, como reprocha Jesús a Nicodemo, no es fácil de entender para los maestros, los que creemos tenerlo todo claro y enseñar a otros… Quizá lo que se nos pide es que creamos, que nos fiemos. Poco más. Y el que cree se confía, hace de su vida una respuesta a quien es digno de ella.
Si quieres tener la seguridad de un maestro, posiblemente seas incapaz de soportar la inseguridad amable de quien es llevado por Dios. ¿No me creéis?, nos repite de nuevo hoy Jesús a cada uno de nosotros. Y siempre tenemos la oportunidad de renovar nuestra fe, nuestra vida y nuestra respuesta.
Vuestra hermana en la fe,
Rosa Ruiz rmi
@rosaruizarmi
San Martín Papa
De https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=113
San Martín fue el último Papa martirizado. Nació en Todi, Italia, y se distinguió entre los sacerdotes de Roma por su santidad y su sabiduría. Fue elegido Papa el año 649 y poco después convocó a un Concilio o reunión de todos los obispos, para condenar la herejía de los que decían que Jesucristo no había tenido voluntad humana, sino solamente voluntad divina.
Como el emperador de Constantinopla Constante II era hereje monotelista, envió a un batallón militar para darle muerte. Sin embargo, el agravio contra el Pontífice fue infructuoso provocando la cólera del emperador. Éste mandó otro batallón, y aprovechando la enfermedad del Papa, los militares lo hicieron prisionero y lo trasladaron a Constantinopla, en tormentísimo viaje, en el cual el Papa soportó pacientemente durante 14 meses los abusos y malos tratos de sus captores.
Al llegar a Constantinopla, el Emperador lo expuso en público para que el pueblo lo humillara y lo insultara. Un tribunal de herejes lo condenó sin permitirle que dijera una palabra en su defensa, encerrándolo en el calabozo por tres meses. Por petición del Patriarca de Constantinopla, el Papa logró ser desterrado en el desierto donde pasó mas tormentos y sufrimientos, que no le impidieron continuar rezando a Dios por sus feligreses y enemigos.
Falleció en el año 656, siendo declarado santo en Constantinopla.