Viernes de la XXIX semana del Tiempo Ordinario

Ermita del Salvador

  • 19:00 Exposición del Santísimo
  • 20:00 Misa. Sufr. Amparo Lladró Polo, Rafael Capuz Bonilla y Miguel Capuz Lladró; Por las almas del Purgatorio

Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (7,18-25a):

Sé muy bien que no es bueno eso que habita en mí, es decir, en mi carne; porque el querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo, no. El bien que quiero hacer no lo hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago. Entonces, si hago precisamente lo que no quiero, señal que no soy yo el que actúa, sino el pecado que habita en mí. Cuando quiero hacer lo bueno, me encuentro inevitablemente con lo malo en las manos. En mi interior me complazco en la ley de Dios, pero percibo en mi cuerpo un principio diferente que guerrea contra la ley que aprueba mi razón, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo. ¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo presa de la muerte? Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, y le doy gracias.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 118,66.68.76.77.93.94

R/. Instrúyeme, Señor, en tus leyes

Enséñame a gustar y a comprender,
porque me fío de tus mandatos. R/.

Tú eres bueno y haces el bien;
instrúyeme en tus leyes. R/.

Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo. R/.

Cuando me alcance tu compasión, viviré,
y mis delicias serán tu voluntad. R/.

Jamás olvidaré tus decretos,
pues con ellos me diste vida.R/.

Soy tuyo, sálvame,
que yo consulto tus leyes. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,54-59):

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: «Chaparrón tenemos», y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: «Va a hacer bochorno», y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.»

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

De catholic.net
Cristo nos hace la invitación a que usemos los dones que tenemos para hacer el bien porque no son para usarlos sólo cuando nos conviene, aunque nos cueste, debemos usarlos para el servicio de otros. Esto nos ayuda a aprender a centrar nuestra vida en otras personas, más que en nosotros mismos, y reconocer que estamos hechos para darnos. Un peligro que podemos tener con respecto de nuestros talentos es que los utilicemos para que otros nos vean y nos den su aprobación o para impresionar a la gente, porque la razón detrás de esto es el egoísmo que, en pocas palabras, podríamos definir en centrar todo en nosotros.

Dios, que nos ha colmado con los talentos que tenemos, nos ayuda a descubrir la belleza del servicio porque Él no los ha dado primero, o sea, ha tenido la iniciativa y nosotros debemos imitar lo que ha hecho: dar y donarse.

La reconciliación es importante porque una vida en la que no perdonamos es una vida que se muestra amarga, nos deja con un peso que sentimos que nos arrastra y no nos deja en paz. Claramente hay situaciones en las que el perdón y la reconciliación con algunas personas es más difícil, y ahí es donde Dios nos puede ayudar. Pidámosle la gracia de saber perdonar de corazón y que nos liberemos de los pesos que nos puedan estar acongojando.

«El Pueblo de Dios, movido por la fe, por la cual cree que es guiado por el Espíritu del Señor, que llena el orbe de la tierra, procura discernir en los acontecimientos, exigencias y deseos que comparte con sus contemporáneos, cuáles son los signos verdaderos de la presencia o del designio de Dios. Pues la fe ilumina todo con una luz nueva y manifiesta el plan divino sobre la vocación integral del hombre, y por ello dirige la mente hacia soluciones plenamente humanas».
(S.S. Francisco, discurso del 21 de diciembre de 2017, referencia bibliográfica n. 15)