Ermita del Salvador
- 19:00 Exposición del Santísimo y Rezo de Vísperas
- 20:00 Misa a las 20 h. Sufr. Ángel Mañez García (2º aniversario); Luis Mújica Alonso
Primera lectura
Lectura del libro de lsaías (58,1-9a):
ESTO dice el Señor Dios:
«Grita a pleno pulmón, no te contengas;
alza la voz como una trompeta,
denuncia a mi pueblo sus delitos,
a la casa de Jacob sus pecados.
Consultan mi oráculo a diario,
desean conocer mi voluntad.
Como si fuera un pueblo que practica la justicia
y no descuida el mandato de su Dios,
me piden sentencias justas,
quieren acercarse a Dios.
“¿Para qué ayunar, si no haces caso;
mortificarnos, si no te enteras?”
En realidad, el día de ayuno hacéis vuestros negocios
y apremiáis a vuestros servidores;
ayunáis para querellas y litigios,
y herís con furibundos puñetazos.
No ayunéis de este modo,
si queréis que se oiga vuestra voz en el cielo.
¿Es ese el ayuno que deseo en el día de la penitencia:
inclinar la cabeza como un junco,
acostarse sobre saco y ceniza?
¿A eso llamáis ayuno,
día agradable al Señor?
Este es el ayuno que yo quiero:
soltar las cadenas injustas,
desatar las correas del yugo,
liberar a los oprimidos,
quebrar todos los yugos,
partir tu pan con el hambriento,
hospedar a los pobres sin techo,
cubrir a quien ves desnudo
y no desentenderte de los tuyos.
Entonces surgirá tu luz como la aurora,
enseguida se curarán tus heridas,
ante ti marchará la justicia,
detrás de ti la gloria del Señor.
Entonces clamarás al Señor y te responderá;
pedirás ayuda y te dirá: “Aquí estoy”».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 50,3-4.5-6a.18-19
R/. Un corazón quebrantado y humillado,
tú, Dios mío, no lo desprecias
V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
V/. Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad en tu presencia. R/.
V/. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,14-15):
EN aquel tiempo, os discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Conozco a una muchacha que para el día de su boda tuvo que hacer dieta; por el estrés de la boda había engordado y ya no le quedaba su vestido. Tenía que adelgazar 5 kilos en una semana, por lo que inició una dieta muy estricta que consistía en no desayunar ni cenar, y sólo ingerir un almuerzo normal. Pero sufría mucho porque se ponía de mal humor cuando tenía hambre, y durante ese tiempo tuvo mucha.
Nosotros, cristianos, hacemos ayuno durante la Cuaresma. Todos necesitamos quemar las grasas que nos impiden colocarnos nuestra ropa para el matrimonio, esa grasa difícil de quemar que llamamos pecado.
Pero en el Evangelio de hoy nuestro Señor nos dice que el ayuno es para cuando el novio no esté, entonces ¿por qué ayunamos en Cuaresma? ¿Dios no está con nosotros? Cada uno de nosotros ayunamos para prepararnos para la gran boda con el Señor; quemamos todas las grasas que nos impiden colocarnos el vestido para celebrar nuestra unión con Él en la Semana Santa.
Por eso la Cuaresma hay que vivirla con la ilusión de eliminar las grasas malas de nuestra alma para prepararnos mejor para estar con Dios, y unirnos a Él, por medio del ayuno, para pronto celebrar la boda con el mejor vestido. La Cuaresma es una preparación para la Semana Santa, una preparación para nuestra boda con el Señor.
«Si tú quieres hacer penitencia hazla en paz. Pero tú no puedes por una parte hablar con Dios y por la otra hablar con el diablo, invitar al ayuno a los dos; esta es una incoherencia. No ayunéis más como hoy, para hacer oír en las alturas vuestra voz. Nosotros somos católicos, practicamos; yo pertenezco a esa asociación, nosotros ayunamos siempre, hacemos penitencia. Pero ¿ayunáis con coherencia o hacéis la penitencia incoherentemente como dice el Señor, con ruido, para que todos la vean y digan: “Pero qué persona justa, qué hombre justo, qué mujer justa?”. Esto, es un truco; es maquillar la virtud. Es maquillar el mandamiento. Una tentación de maquillar en vez de ir en serio sobre la virtud, sobre lo que el Señor nos pide. El Señor aconseja a los penitentes, a esos que ayunan de maquillarse, pero en serio: “Ayunad, pero maquillaos para que la gente no vea que estáis haciendo penitencia. Sonreíd, estad contentos”. Frente a tantos que tienen hambre y no pueden sonreír, tú busca el hambre para ayudar a los otros, pero siempre con la sonrisa, porque tú eres un hijo de Dios y el Señor te ama tanto y te ha revelado estas cosas. Pero sin incoherencias.»
(Homilía de S.S. Francisco, 23 de febrero de 2018, en santa Marta).
San Juan de Dios
De https://www.ohsjd.es/san-juan-de-dios
Juan Ciudad nació en 1495, en un pequeño pueblo portugués: Montemor o Novo. Hasta los cuarenta años vivió diversas andanzas y trabajó en diversos oficios: pastor, soldado, albañil y librero. Su conversión religiosa y su enfervorizada opción por los más pobres le lleva a ser considerado como un loco, por lo que es trasladado al Hospital Real de Granada, en el que Juan experimenta en su propia carne el cruel trato que recibían los enfermos. Es en este momento cuando nace la vocación de Juan de Dios deservir a los pobres cuando se encuentran en condiciones de máxima debilidad, carentes incluso de la salud física y mental.
Entre 1538-1539 Juan de Dios funda en Granada su primer hospital, un hospital revolucionario para su época, no sólo por el trato y calor humano que los enfermos reciben de Juan y sus compañeros, sino también por los criterios que introduce, innovadores en aquella época como es la separación de los enfermos en atención al tipo de enfermedad y la atención a medidas higiénicas y de cuidados.
Muere el 8 de marzo de 1550. Es beatificado por el papa Urbano VIII el 1 de septiembre de 1630 y canonizado por el papa Alejandro VIII el 16 de octubre de 1690. En 1886 es nombrado Patrón de los hospitales y de los enfermos y en 1930, de los enfermeros y sus asociaciones. También es Patrón del Cuerpo de Bomberos por su actuación durante la extinción de un incendio declarado en el Hospital Real de Granada, del que consiguió sacar ilesos a cuantos enfermos se encontraban en su interior.
La obra inicial de Juan de Dios, la podemos sintetizar en los siguientes puntos:
- Desde una especial sensibilidad humano-cristiana y social, sale al encuentro de las personas necesitadas.
- No pone condición alguna para su asistencia, actuando con absoluta universalidad. Todo necesitado tiene derecho a ser atendido.
- Desarrollo de una asistencia cualificada en la medida de sus posibilidades, incorporando criterios y métodos de atención pioneros en la época. Ello llevó a algunos historiadores considerarlo uno de los creadores del hospital moderno.
- Solicitud de recursos a toda la sociedad, sin distinción. Llamada a la solidaridad sin fronteras.
- Aglutina a un grupo de personas que le ayudan, suplen y dan continuidad a su obra.
- En todo ello un hilo conductor claro: la atención integral a las personas enfermas y necesitadas, respetando su dignidad y defendiendo sus derechos.