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Jesús respeta profundamente nuestra libertad
El miércoles pasado, con el ayuno y el rito de imposición de la ceniza, hemos entrado en la Cuaresma. Pero, ¿qué significa «entrar en la Cuaresma»? Significa iniciar un tiempo de particular empeño en el combate espiritual que nos opone al mal presente en el mundo, en cada uno de nosotros y en torno a nosotros. Quiere decir mirar el mal cara a cara y disponerse a luchar contra sus efectos, sobre todo contra sus causas, hasta la causa última, que es Satanás. Significa no descargar el problema del mal en los demás, en la sociedad o en Dios, sino reconocer las propias responsabilidades y afrontarlo conscientemente oportunidad para seguir a Jesús y así adquirir fuerza en la lucha contra el pecado y el mal.
Por tanto, entrar en la Cuaresma significa renovar la decisión personal y comunitaria de afrontar el mal junto con Cristo. En efecto, el camino de la cruz es el único que conduce a la victoria del amor sobre elodio, del compartir con los demás sobre el egoísmo, de la paz sobre la violencia