Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María

Templo Carmelitas

  • 9:30 Misa
  • 19:00 Misa

Ermita de Campolivar

  • 10:45 Misa

Primera Lectura

Lectura del libro del Génesis (3,9-15.20):

Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: «¿Dónde estás?»
Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.»
El Señor le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?»
Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí.»
El Señor dijo a la mujer: «¿Qué es lo que has hecho?»
Ella respondió: «La serpiente me engañó, y comí.»
El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón.»
El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 97,1.2-3ab.3c-4

R/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,3-6.11-12):

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1.26-38):

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor

Comentario al Evangelio del 8-12-2025

https://www.ciudadredonda.org/events/comentario-al-evangelio-del-8-12-2025/?occurrence=2025-12-08&pskip=62159

A veces me da un poco de miedo pensar en el contraste entre las imágenes de la Virgen María a las que estamos acostumbrados (coronas, mantos, joyas…) y lo que casi con toda seguridad fue la vida de aquella mujer sencilla de pueblo que María de Nazaret. Y de pueblo muy pueblo, porque en aquella época, como me aseguró un arqueólogo, Nazaret no pasaba de ser unas pocas cuevas habitadas.

Pero con el tiempo hemos ido transformando a María en algo que casi seguro no fue. Santuarios, apariciones, mensajes, declaraciones, novenas… Prefiero pensar en aquella mujer sencilla pero llena de fe. Una mujer que tuvo un hijo al que posiblemente nunca entendió del todo y del que en algún momento hasta pensó que estaba loco, pero que también en el fondo de su corazón lo miraba con la esperanza puesta en Dios. Una mujer fiel y sencilla en su fe. No entendió a su hijo pero no le dejó, caminó a su lado. Hasta el momento del máximo “no entender” cuando le acompañó hasta la cruz. Cuando todas las promesas parecía que se habían roto, ella siguió allí. Por amor de madre y porque en su corazón creía que había algo más del dolor y la muerte que se veían a primera vista.

Hoy pienso en la Inmaculada no subida en un pedestal sino en la mujer sencilla y llena de fe, que sin entender mucho, sin saber de teología, acompañó a Jesús y a sus discípulos, estuvo de su lado, dejó que la palabra de su hijo cayera en su corazón. Y siguió caminando.

Hoy quiero celebrar a todas esas personas que, como María, sin entender ni saber teologías, creen con sencillez y van dando la mano a sus hermanos y hermanas, acompañando en el dolor y la muerte, llorando con los que lloran, gozando con los que se gozan, haciendo familia, fraternidad, justicia, sin dejar nunca a nadie fuera –por más que parezca loco o fuera de sí. O sea, haciendo y construyendo el Reino de Dios aquí en nuestro mundo, creando espacios de amor y fraternidad donde nadie es excluido.

Fernando Torres, cmf