Lunes de la XXII semana del Tiempo Ordinario

AVISO No habrá despacho parroquial durante el mes de agosto

Templo Carmelitas

  • 19:00 Misa.
  • A continuación Adoración al Santísimo hasta las 20:30

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (4,13-18):

No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.

Palabra de Dios

Salmo

Salmo responsorial Sal 95,1.3.4-5.11-12a.12b-13

R/. El Señor llega a regir la tierra

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R/.

Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar
y cuanto lo llena; vitoreen los campos
y cuanto hay en ellos. R/.

Aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega, ya llega
a regir la tierra: regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,16-30):

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él.
Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo” y’ “haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún”.»
Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos habla en Israel en tiempos de] profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Palabra del Señor

San Esteban de Zudaire

De https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=420

Nació en Zudaire (Navarra) en 1548. Con el ideal de entregar su vida a Dios, al modo de San Francisco Javier, entra en la Compañía de Jesús a sus 19 años en el otoño de 1567, en el Noviciado de Villarejo de Fuentes (Cuenca).

«Es sastre, tiene fuerzas y desea aprovecharse en la perfección, manifiesta un informe de sus Superiores.Terminada su formación en Alcalá de Henares y en Cuenca, pasa al Colegio de Plasencia (Cáceres) donde es destinado a la misión del Brasil.

«Yo voy contento porque tengo que ser mártir, comunica a su Director Espiritual después de unos Ejercicios Espirituales. “Se portaba con tanta sinceridad y pureza de vida, que era muy amado por todos”, constata la historia de la provincia de Toledo.

El 15 de julio de 1570, a disparo de arcabuz y golpe de pica y espada, cuatro navíos y un galeón enemigos de la fe católica y del ideal misionero que llevaba al Brasil a cuarenta jesuitas en la nave Santiago, ornarían para siempre en sangre martirial cuarenta palmas misioneras. Son los mártires del Brasil.

Con su crucifijo al frente, el Beato Esteban de Zudaire había sido escogido entre otros por el Beato Ignacio de Acevedo, su Superior, para que animara estratégicamente en aquellos momentos.

Hasta que con el cuerpo abierto a punta de espada, en el pecho y junto al cuello, es arrojado vivo al mar. Sus labios jubilosamente vibran hacia el Cielo, con un Te Deum de agradecimiento a Dios por el martirio.

Juan de Mayorga, nació en San Juan de Pie de Puerto el año 1533. Sus cuadros como pintor eran muy celebrados en Zaragoza, donde entra en la Compañía de Jesús en 1568. Desde Valencia parte para el Brasil con el Beato Ignacio de Acevedo, que esperaba mucho de su arte.

Al sufrir el martirio en alta mar, juntamente con el Beato Esteban de Zudaire, sus cuadros pintados en Zaragoza, Val de Rosal e Isla de Madeira, fueron conservados como reliquias.

San Juan de Pie de Puerto le ha dedicado diversas obras, sobre todo escolares y artísticas.