Santa Brígida, patrona de Europa

Templo Carmelitas

  • 19:00 Misa.
  • A continuación Adoración al Santísimo hasta las 20:30

Antífona de entrada

Alegrémonos todos en el Señor al celebrar este día de fiesta en
honor de santa Brígida; los ángeles se alegran de esta fiesta y
alaban a una al Hijo de Dios.

Oración colecta
Oh, Dios,
que guiaste a santa Brígida
en los diversos estados de vida,
y le enseñaste de modo admirable la sabiduría de la cruz
en la contemplación de la pasión de tu Hijo,
concédenos que, siguiendo fielmente tu llamada,
te busquemos en todas las cosas.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Lectura de la carta
del apóstol san Pablo a los Gálatas 2,19-20
H ermanos: Yo hemuerto a la
ley por medio de la ley, con
el fin de vivir para Dios. Estoy crucificado conCristo; vivo,
pero no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí. Y
mi vida de ahora en la carne, la vivo en la fe del Hijo de
Dios, que me amó y se entregó por mí.
Palabra de Dios

Salmo 33
—• •—
M Bendigo al Señor en todo momento.
R/

MGustad y ved qué bueno es el Señor.
R/
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.M
R/
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.M
R/
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.M
R/
El ángel del Señor acampa en torno
a quienes lo temen y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.M
R/
Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que lo temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada.M
R/

Lectura del
santo evangelio según san Juan 15,1-8

E n aquel tiempo, di jo Jesús a
sus discípulos: «Yo soy la ver
dadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento
que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto
lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios
por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y
yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto
por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros,
si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sar
mientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto
abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que
no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y
se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si
permanecéis en mí y mis palabras permanecen en voso
tros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe
gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis
discípulos míos».
Palabra del Señor.
Oración sobre las ofrendas
Dios misericordioso,
que en santa Brígida,
destruido el hombre viejo,
quisiste crear al hombre nuevo a tu imagen,
concédenos, transformados del mismo modo,
ofrecer este sacrificio de reconciliación, agradable a ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión
Has amado la justicia y odiado la impiedad: por eso Dios, tu
Dios, te ha ungido con aceite de júbilo entre todos tus com
pañeros (Sal 44,8).

Santa Brígida, religiosa, patrona de Europa

Nació en Suecia en el año 1303; se casó muy joven y tuvo ocho hijos, a los que dio una esmerada educación. Ingresó en la tercera Orden de san Francisco y, al morir su marido, comenzó una vida de mayor ascetismo, sin dejar de vivir en el mundo. Fundó una Orden religiosa y se trasladó a Roma, donde fue para todos un ejemplo insigne de virtud. Emprendió varias peregrinaciones como acto de penitencia, y escribió muchas obras en las que narra sus experiencias místicas. Murió en Roma en el año 1373.

Reflexión

Sin mí, no podéis hacer nada

Que nadie alimente la ilusión de pensar que destacará en las cosas grandes, si no destaca en las cosas
humildes. Creedme hay una especie de fervores, y por mejor decirlo, tentaciones… Ciertamente, para no
renunciar a su voluntad haciendo lo que la obediencia les prescribe, desean hacer otras cosas más importantes, sin recordar que si no tienen virtud para las cosas pequeñas, menos tendrán para las grandes. En efecto cuando se lanzan a las cosas grandes y difíciles, con poco sacrificio y fuerza de ánimo, reconocen su atracción por la tentación, cuando se encuentran sin fuerzas.
No os escribo estas cosas para impediros el ánimo a cosas muy altas, señalándoos por grandes siervos de Dios, dejando memoria de vosotros para los que después de vuestros días vendrán; mas dígolas a este fin solamente para que en las cosas pequeñas os mostréis grandes, aprovechándoos mucho en el conocimiento de las tentaciones, en ver para cuánto sois, fortificán doos totalmente en Dios; y si en esto perseveráredes, no dudo sino que creceréis siempre en humildad y espíritu, y haréis mucho fruto en las almas, yendo quietos y seguros dondequiera que fuéredes.

San Francisco Javier
Cartadel5 denoviembrede1 549, n.90,34-36.
Jesuita español del grupo de primeros compañeros de san Ignacio de Loyola. Evangelizador de la India y el Japón.
Patrono de la misiones (1506-1552).