Viernes de la VII semana del Tiempo Ordinario

Templo Carmelitas

  • 19:00 Misa. Sufragio  difuntos Familia Martí Bonastre
  • A continuación Exposición del Santísimo hasta las 20:30

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (25,13-21):

En aquellos días, el rey Agripa llegó a Cesarea con Berenice para cumplimentar a Festo, y se entretuvieron allí bastantes días.
Festo expuso al rey el caso de Pablo, diciéndole: «Tengo aquí un preso, que ha dejado Félix; cuando fui a Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos judíos presentaron acusación contra él, pidiendo su condena. Les respondí que no es costumbre romana ceder a un hombre por las buenas; primero el acusado tiene que carearse con sus acusadores, para que tenga ocasión de defenderse. Vinieron conmigo a Cesarea, y yo, sin dar largas al asunto, al día siguiente me senté en el tribunal y mandé traer a este hombre. Pero, cuando los acusadores tomaron la palabra, no adujeron ningún cargo grave de los que yo suponía; se trataba sólo de ciertas discusiones acerca de su religión y de un difunto llamado Jesús, que Pablo sostiene que está vivo. Yo, perdido en semejante discusión, le pregunté si quería ir a Jerusalén a que lo juzgase allí. Pero, como Pablo ha apelado, pidiendo que lo deje en la cárcel, para que decida su majestad, he dado orden de tenerlo en prisión hasta que pueda remitirlo al César.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 10,4-7

R/. El Señor puso en el cielo su trono

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.

El Señor puso en el cielo su trono,
su soberanía gobierna el universo.
Bendecid al Señor, ángeles suyos,
poderosos ejecutores de sus órdenes. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (21,15-19):

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.»
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

Palabra del Señor

San Cristobal Magallanes

De  https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=734

Nació en Totalice el 30 de julio de 1869. Se crió en el seno de una familia muy humilde y hasta los 19 años trabajó en el campo. En 1888 ingresó al seminario de Guadalajara donde se distinguió por su piedad, honradez y aplicación.

Fue ordenado sacerdote en setiembre de 1899 en la iglesia de Santa Teresa en Guadalajara. Desempeñó el cargo de capellán y subdirector de la escuela de artes y oficios en Guadalajara. Fue párroco de Totalice por 17 años hasta que fue fusilado.

Organizó centros de catecismo y escuelas en las rancherías, construyó una presa para favorecer el riego, fundó un asilo para huérfanos, y pequeños fraccionamientos de tierra para ayudar a los pobres.

El 21 de mayo de 1927 el padre iba a celebrar una fiesta religiosa en un rancho cuando se inició una balacera entre los cristeros y las fuerzas federales comandadas por el general Goñi. Fue arrestado y conducido a Totalice donde lo encarcelaron junto a su vicario el P. Caloca.

Luego los trasladaron al palacio municipal de Colotitlán, donde los fusilaron el 25 de mayo de 1927. El P. Cristóbal antes de ser fusilado dijo: “soy y muero inocente; perdono de corazón a los autores de mi muerte y pido a Dios que mi sangre sirva para la paz de los mexicanos desunidos”.

Fue beatificado en 22 de noviembre de 1992 y canonizado por el Papa Juan Pablo II el 21 de mayo del 2000.