Sábado de la I semana del Tiempo Ordinario

Aforo 30%

Templo Carmelitas 

  • 19:00 Adoración al Santísimo, cantos, acción de gracias
  • 20:00 Misa del II Domingo del Tiempo Ordinario

Ermita Virgen Desamparados – Campolivar

  • 19:00 Misa del II Domingo del Tiempo Ordinario

Primera lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (4,12-16):

HERMANOS:

La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón.
Nada se le oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.
Así pues, ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios, mantengamos firme la confesión de fe.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado.
Por eso, comparezcamos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 18.8.9.10.15

R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida

V/. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes. R/.

V/. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

V/. El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

V/. Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,13-17):

EN aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y les enseñaba.
Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice:
«Sígueme».
Se levantó y lo siguió.
Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo seguían.
Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:
«¿Por qué come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y les dijo:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he ven do a llamar a justos, sino a pecadores».

Palabra de Dios

Comentario al Evangelio

Queridos amigos y amigas:

La vocación de Leví, que leemos en la liturgia eucarística de este día, refiere un relato en el que se suceden dos momentos unidos entre sí: En el telonio, Jesús llama a Leví y, en casa de Leví, Jesús discute con los fariseos. Como suele ocurrir, el relato viene cargado de sorpresas.

  • Una vocación inverosímil. No resulta creíble que un recaudador, bien situado social y económicamente, abandone de golpe y para siempre su puesto de trabajo con los consiguientes privilegios al reclamo de una sola palabra: “Sígueme”, dicha por un desconocido. Tenemos que suponer una prehistoria a este hecho. Pero de ella no se dice nada en los evangelios. Posiblemente se presenten así las cosas para resaltar que con Jesús no se discute: O se le obedece o se le rechaza. Él siempre es el Señor y nunca “negocia”. Actúa, como reza el eslogan del escudo del papa Francisco, “miserando atque eligendo” (=amando y llamando).
  • Una insólita celebración. Aquella respuesta positiva a Jesús llenó a Leví de tanta alegría que convocó una fiesta doméstica. Leví invitó a sus amigos, y también a otros, para celebrar juntos su decisión. En la actualidad, una celebración de este tipo suele ser inconcebible. Cuando un joven o una joven se deciden a secundar la llamada de Jesús, sus familiares y amigos normalmente lo lamentan, no lo celebran. No se entiende que sentir la llamada por Jesús sea como enamorarse: encontrar un tesoro.
  • Una inoportuna discusión. Pero este relato destaca además la discusión que estalla en medio de la fiesta. Los fariseos prejuzgan a Jesús por admitir malas compañías. Es un prejuicio aún actual y que tiene su razón de ser. Quien frecuenta amistades peligrosas, evidencia dos desviaciones: O que se es como ellos (Jesús sería en ese caso un personaje tóxico) o se termina siendo como ellos (Jesús sería un imprudente temerario). Sabemos lo contagiosos que son los malos ejemplos y las influencias negativas. Con estos dos argumentos en contra se las tiene que entender Jesús.
  • La clave ignorada. No es equivocado esa medida cautelar de cuidar las amistades que nace de la sabiduría popular. Lo que es equivocado es considerarlo infalible, como entendieron aquellos invitados al aplicárselo a Jesús. Fueron incapaces de entender que Jesús nunca excluía, sino que incluía. Supo convivir con la imperfección y redimirla. Nunca despreció al pecador. La cercanía de Jesús al pecador es siempre terapéutica, sanadora. Pero esto es privilegio de Cristo. Nosotros sí que debemos andarnos con cuidado, porque yendo como ovejas en medio de lobos, podemos terminar convirtiéndonos en lobos.

Vuestro hermano en la fe
Juan Carlos Martos cmf

San Marcelo, Papa

De https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=20

En la serie de los Pontífices, el Papa Marcelo ocupa el puesto número 30. Fue Pontífice por un año: del 308 al 309.Era uno de los más valientes sacerdotes de Roma en la terrible persecución de Diocleciano en los años 303 al 305. Animaba a todos a permanecer fieles al cristianismo aunque los martirizaran. Elegido Sumo Pontífice se dedicó a reorganizar la Iglesia que estaba muy desorganizada porque ya hacía 4 años que había muerto el último Pontífice, San Marcelino.

Era un hombre de carácter enérgico, aunque moderado, y se dedicó a volver a edificar los templos destruidos en la anterior persecución. Dividió Roma en 25 sectores y al frente de cada uno nombró a un presbítero o párroco. Muchos cristianos habían renegado de la fe, por miedo en la última persecución, pero deseaban volver otra vez a pertenecer a la Iglesia.

El Papa Marcelo, apoyado por los mejores sabios de la Iglesia, decretó que aquellos que deseaban volver a la Iglesia tenían que hacer algunas penitencias por haber renegado de la fe durante la persecución.

Muchos aceptaron la decisión del Pontífice, pero algunos promovieron tumultos contra él, e incluso lo acusaron ante el Emperador Majencio quien abusando de su poder, que no le permitía inmiscuirse en los asuntos internos de la religión, expulsó al Pontífice de Roma.

Según el «Libro Pontifical», el Papa Marcelo se hospedó en la casa de una laica muy piadosa de nombre Marcela, y desde ahí, siguió dirigiendo a los cristianos. Al enterarse el Emperador, obligó al Pontífice a relalizar trabajos forzosos en las caballerías y pesebres imperiales que fueron trasladados a esa zona.

El Papa falleció en el año 309.