Oí al Señor que exclamaba con voz potente:
«¡Ha llegado el juicio de la ciudad! Que cada uno empuñe su arma destructora».
Esto dice el Señor:
«Ahora, hijo de hombre, escucha lo que te digo: ¡No seas rebelde, como este pueblo rebelde! Abre la boca y come lo que te doy».
En aquellos días, cuando Elías llegó hasta el Horeb, el monte de Dios, se introdujo en la cueva y pasó la noche. Le llegó la palabra del Señor, que le dijo:
¡Qué hermosos son sobre los montes
los pies del mensajero que proclama la paz,
He aquí sobre los montes
los pies del mensajero
que proclama la paz.
Queridos hermanos:
No nos fundábamos en fábulas fantasiosas cuando os dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, sino en que habíamos sido testigos oculares de su grandeza.
Porque él recibió de Dios Padre honor y gloria cuando desde la sublime Gloria se le
En aquel tiempo —oráculo del Señor—,
Palabras que recibió Jeremías de parte del Señor:
«Esto dice el Señor, Dios de Israel:
El mismo año, el año cuarto de Sedecías, rey de Judá, el quinto mes, Jananías, hijo de Azur, profeta de Gabaon, me dijo en el templo, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo: