Ermita Campolivar. Aforo: 23 personas
- 19:00 Misa
Templo Carmelitas. Aforo: 48 personas
- 20:00 Misa
Aviso
Deberán respetarse las medidas de seguridad de seguridad e higiene: los feligreses deberán hacer uso de la mascarilla, sentarse en los bancos y lugares señalizados, respetando en todo momento la distancia de seguridad, las pilas de agua bendita continuarán vacías, el diálogo individual de la Comunión se pronunciará de forma colectiva, distribuyéndose la Eucaristía en silencio y se recibirá en la mano. El saludo de la paz se sustituye por un gesto para evitar el contacto directo.
Se prorroga la DISPENSA DEL PRECEPTO DOMINICAL invitando a la Lectura de la Palabra de Dios. Se ruega que las personas mayores o en situación de riesgo sigan las celebraciones por los medios audiovisuales o por radio y/o soliciten que se les lleve la Comunión a sus hogares
Primera Lectura
– «Hermanos, estoy aquí preso sin haber hecho nada contra el pueblo ni las tradiciones de nuestros padres; en Jerusalén me entregaron a los romanos. Me interrogaron y querían ponerme en libertad, porque no encontraban nada que mereciera la muerte; pero, como los judíos se oponían, tuve que apelar al César; aunque no es que tenga intención de acusar a mi pueblo. Por este motivo he querido veros y hablar con vosotros; pues por la esperanza de Israel llevo encima estas cadenas.»
Vivió allí dos años enteros a su propia costa, recibiendo a todos los que acudían, predicándoles el reino de Dios y enseñando lo que se refiere al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbos.
Salmo
el Señor tiene su trono en el cielo;
sus ojos están observando,
sus pupilas examinan a los hombres.
El Señor examina a inocentes y culpables,
al que ama la violencia él lo ola.
Porque el Señor es justo y ama la justicia:
los buenos verán su rostro.
Evangelio
Al verlo, Pedro dice a Jesús:
– «Señor, y éste ¿qué?»
Jesús le contesta:
– «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.»
Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?»
Éste es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo.