Ermita del Salvador
- 19:00 Rezo de vípseras y Exposición al Santísimo
- 20:00 Misa
Caritas Parroquial
- Comenzamos desde Cáritas parroquial la Campaña de recogida de alimentos, droguería y parafarmacia, hasta el 20 de diciembre. Podréis dejarlo en la sacristía. Al lado del boletín de comunicación parroquial y en las cancelas de la Iglesia, tendréis el listado de los productos que más se necesitan en estos momentos. ¡Gracias por vuestra colaboración!
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (29,17-24):
ESTO dice el Señor:
«Pronto, muy pronto,
el Líbano se convertirá en vergel,
y el vergel parecerá un bosque.
Aquel día, oirán los sordos las palabras del libro;
sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos.
Los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor,
y los pobres se llenarán de júbilo en el Santo de Israel;
porque habrá desaparecido el violento, no quedará rastro del cínico;
y serán aniquilados los que traman para hacer el mal:
los que condenan a un hombre con su palabra,
ponen trampas al juez en el tribunal,
y por una nadería violan el derecho del inocente.
Por eso, el Señor, que rescató a Abrahán,
dice a la casa de Jacob:
“Ya no se avergonzará Jacob,
ya no palidecerá su rostro,
pues, cuando vean sus hijos mis acciones en medio de ellos,
santificarán mi nombre,
santificarán al Santo de Jacob
y temerán al Dios de Israel”.
Los insensatos encontrarán la inteligencia
y los que murmuraban aprenderán la enseñanza».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 26,1.4.13-14
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
V/. El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.
V/. Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.
V/. Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,27-31):
EN aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando:
«Ten compasión de nosotros, hijo de David».
Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo:
«¿Creéis que puedo hacerlo?».
Contestaron:
«Sí, Señor».
Entonces les tocó los ojos, diciendo:
«Que os suceda conforme a vuestra fe».
Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente:
«¡Cuidado con que lo sepa alguien!».
Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.
Palabra del Señor
San Pedro Pascual, Mártir
De catholic.net
Mártir Mercedario
Nació en Valencia, España, en ese momento en poder de los musulmanes, hacia el año 1227.
Los moros dominaban todavía la ciudad con sus intransigencias religiosas y con los sufrimientos que les infligían a los cristianos.
El supo y buscó información acerca de cómo vivían los esclavos creyentes en Cristo.
Influenció a sus padres que tenían dinero para que rescataran a muchos.
Y justamente, uno de estos rescatados se convirtió en su preceptor.
Después de la reconquista cristiana, Pedro se fue a la universidad de París a seguir sus estudios.
A sus 29 años se doctoró y llegó a ser profesor del afanado centro. Llevado por el amor a Dios y a las tristes condiciones en que vivían los cristianos apresados por lo moros, pensó que su vocación estaba en hacerse sacerdote de la Orden de la Merced.
El fin de esta Orden era rescatar a los cautivos.
Con el tiempo lo eligieron obispo de Jaén, que estaba también bajo la dominación mora.
Apenas entró en la diócesis, comenzó por visitar a tofos sus fieles.
Era un predicador elocuente y contundente contra lo que hacían los invasores.
Llevado a la cárcel, desde ella siguió escribiendo. Debido a su prestigio y temiendo un motín, los moros lo dejaron en libertad.
Emprendió de nuevo su actividad pastoral e incluso la hacía con los mismos musulmanes. Lo arrestaron otra vez y lo condenaron a muerte.
Celebraba la misa en el calabozo. Y los guardias aprovecharon ese momento para decapitarlo, de rodillas, ante el altar. Era el año 1300.
Sepultado en la catedral de Baeza, su sepulcro ganó celebridad por las gracias que el Señor concedía por su intercesión. Su culto inmemorial fue confirmado por la Iglesia en 1670 y su canonización se llevó a efecto en 1675.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!