Lunes de la XVIII semana del Tiempo Ordinario Dedicación Basílica Santa María la Mayor

Ermita del Salvador

  • 19:30 Rosario
  • 20:00 Misa

Primera lectura

Lectura del libro de los Números (11,4b-15):

En aquellos días, los israelitas dijeron: «¡Quién pudiera comer carne! Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos y melones y puerros y cebollas y ajos. Pero ahora se nos quita el apetito de no ver más que maná.»
El maná se parecía a semilla de coriandro con color de bedelio; el pueblo se dispersaba a recogerlo, lo molían en el molino o lo machacaban en el almirez, lo cocían en la olla y hacían con ello hogazas que sabían a pan de aceite. Por la noche caía el rocío en el campamento y, encima de él, el maná.
Moisés oyó cómo el pueblo, familia por familia, lloraba, cada uno a la entrada de su tienda, provocando la ira del Señor; y disgustado, dijo al Señor: «¿Por qué tratas mal a tu siervo y no le concedes tu favor, sino que le haces cargar con todo este pueblo? ¿He concebido yo a todo este pueblo o lo he dado a luz, para que me digas: “Coge en brazos a este pueblo, como una nodriza a la criatura, y llévalo a la tierra que prometí a sus padres”? ¿De dónde sacaré pan para repartirlo a todo el pueblo? Vienen a mí llorando: “Danos de comer carne.” Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues supera mis fuerzas. Si me vas a tratar así, más vale que me hagas morir; concédeme este favor, y no tendré que pasar tales penas.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 80,12-13.14-15.16-17

R/. Aclamad a Dios, nuestra fuerza

Mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos. R/.

¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
En un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios. R/.

Los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (14,13-21):

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos.
Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.»
Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.»
Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.»
Les dijo: «Traédmelos.»
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

Palabra del Señor

Santa María la Mayor

Hoy celebramos Nuestra Señora de las Nieves.
: En tiempos del Papa Liberio, a mediados del siglo IV, vivía en Roma una familia noble y muy rica. Tan rica que, por más limosnas que como ejemplares cristianos entregaban a los pobres, no se agotaban nunca. Por ello cierto día los dos esposos acudieron a la Virgen María suplicándole que les inspirase el modo más del agrado suyo y de su Hijo de hacer uso de sus riquezas. La Virgen vino en ayuda de Juan Patricio y su esposa mientras dormían. En sueños, y por separado, se les manifestó la Virgen María indicándoles que era su deseo que levantasen un templo en su honor en el lugar que ella les indicase. Era la noche del 4 al 5 de agosto en una Roma que es sumamente calurosa durante este tiempo. Debían edificarlo sobre el Monte Esquilino y en aquella parte donde apareciera todo nevado.

Los dos esposos se dirigen para contarle la visión al Papa Liberio. El Papa había tenido también la misma visión que ellos. El Sumo Pontífice organiza una Procesión y todos se dirigen cantando himnos al Señor y a su Madre la Virgen María hacia el lugar indicado. Al llegar allí todos quedan admirados al contemplar aquellas maravillas: Aparecía un gran trozo de monte acotado por la nieve fresca y blanquísima , en pleno mes de agosto. El pueblo canta de alegría y allí, en el corazón de Roma, levantan una magnífica Basílica en honor de Santa María, que dedicarían cuatro años después. Así surge la advocación de Nuestra Señora de las Nieves, Santa María del Pesebre o Santa María La Mayor, Basílica Liberiana, etc… como se le llama. Y es la Iglesia más antigua dedicada en Occidente a la Virgen María.