Ermita del Salvador
- 19:30 Rosario
- 20:00 Misa
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (49,8-15):
ESTO dice el Señor:
«En tiempo de gracia te he respondido,
en día propicio te he auxiliado;
te he defendido y constituido alianza del pueblo,
para restaurar el país,
para repartir heredades desoladas,
para decir a los cautivos: “Salid”,
a los que están en tinieblas: “Venid a la luz”.
Aun por los caminos pastarán,
tendrán praderas en todas las dunas;
no pasarán hambre ni sed,
no les hará daño el bochorno ni el sol;
porque los conduce el compasivo
y los guía a manantiales de agua.
Convertiré mis montes en caminos,
y mis senderos se nivelarán.
Miradlos venir de lejos;
miradlos, del Norte y del Poniente,
y los otros de la tierra de Sin.
Exulta, cielo; alégrate, tierra;
romped a cantar, montañas,
porque el Señor consuela a su pueblo
y se compadece de los desamparados».
Sion decía: «Me ha abandonado el Señor,
mi dueño me ha olvidado».
¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta,
no tener compasión del hijo de sus entrañas?
Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 144,8-9.13cd-14.17-18
R/. El Señor es clemente y misericordioso
V/. El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.
V/. El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R/.
V/. El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (5,17-30):
EN aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».
Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios.
Jesús tomó la palabra y les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro.
Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.
Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.
En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán.
Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre.
No os sorprenda esto, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio.
Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió».
Palabra del Señor
Medita lo que te dice el Evangelio
De catholic. net
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El Evangelio de hoy es una invitación a la coherencia de vida pues los más jóvenes actúan con el ejemplo de los mayores. Jesús dijo: «en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre». Grande es la confianza que Dios pone en tu vida al ser guía de tu prole, o al ser educador, catequista, hermano o hermana mayor, o ser quien lidera un grupo o al menos tienes influencia sobre otra persona, es por esta razón que debes de actuar con coherencia, pues lo que haces es imitado por otros, porque te consideran alguien especial. Como padre o madre debes considerar tus propias actitudes y comprender a tus hijos sin hacer juicios condenatorios, debes aprender a verlos con ojos de misericordia, que implica ponerles límites. Tú que eres hija o hijo recuerda que no eres perfecto, que cometes errores y que otros también buscan en ti la perfección, o al menos, el actuar con coherencia, misma que buscas en tus padres.
Jesús se dona totalmente por amor porque es lo que hace el Padre, amar-perdonar-guiar-ser feliz. Recuerda que tú aprendiste de otro todo lo bueno que hay en ti y también aquello de lo que no te enorgulleces, por eso esfuérzate para dejar un legado que marque las vidas de muchos de forma edificante.
Lo bueno se construye en familia, el Padre y el Hijo hacen las mismas cosas porque viven en comunión y es a lo que invita el Evangelio, una vida coherente en comunión; por eso padres e hijos, aprendan a verse con amor, reconociendo sus debilidades y errores, pero esforzándose por dar lo mejor de cada uno, conscientes que otros harán lo que aprendieron y enseñaron con su coherencia de vida.
Así como Jesús en su naturaleza divina hace lo que hace Dios Padre, en su naturaleza humana hizo y hace lo que aprendió de san José y la Santísima Virgen María. Por eso aprende a decir como san Pablo: Imitatores mei estote, sicut et ego Christi. «Sigan mi ejemplo, así como yo sigo el ejemplo de Cristo.» Y Cristo imitó en todas sus virtudes humanas a san José y la Virgen María. Aprende de ellos y déjate guiar para que, al igual que la Sagrada Familia, seas también imagen de la Santísima Trinidad.
«Jesús vino a salvar, con su palabra, no a condenarnos. Se ve cuando un hombre o una mujer han vivido este paso y cuando no. La gente se da cuenta de si un cristiano razona como hijo o como esclavo. Y nosotros mismos recordamos si nuestros educadores nos han cuidado como padres y madres o si nos han impuesto solo unas reglas. Los mandamientos son el camino hacia la libertad, porque son la palabra del Padre que nos hace libres en este camino. El mundo no necesita legalismo sino cuidado. Necesita cristianos con el corazón de hijos. Necesita cristianos con el corazón de hijos: no olvidéis esto.»
(S.S. Francisco, Audiencia 20 de junio de 2018).
San Sixto I, VII Papa
De catholic.net
El Papa San Sixto I (en los documentos más antiguos se usa «Xystus» para los primeros tres papas con ese nombre), sucedió a San Alejandro y fue sucedido por San Telesforo.
Según el “Catálogo Liberiano” de papas, fue la cabeza de la Iglesia durante el reino de Adrián «a conulatu Nigri et Aproniani usque Vero III et Ambibulo», es decir, desde 117 hasta 126. En su “Chronicon” Eusebio usó un catalogo de papas distinto al que usó en su “Historia ecclesiastica”; en su “Chronicon” dice que Sixto I ocupó la posición de papa de 114 a 124, mientras que en su “Historia” menciona que fue papa de 114 a 128.
Todas las autoridades concuerdan en que la duración de su papado fue de cerca de diez años.
Era Romano por nacimiento, y su padre se llamaba Pastor. Según el «Liber Pontificalis», pasó las tres ordenanzas siguientes:
1.- que no se le permita a nadie excepto por los sacerdotes tocar los Vasos Sagrados
2.- que los obispos que han sido convocados a la Santa Sede, no sean recibidos por su diócesis hasta que presenten las Cartas Apostólicas
3.- que después del prefacio en la Misa, el sacerdote recite el Sanctus junto con los fieles.
El “Catálogo Feliciano” de papas y las varias martirologías lo titulan de mártir.
Fue enterrado en el Vaticano junto a la tumba de San Pedro, y se dice que sus reliquias fueron transferidas a Alatri en 1132, aunque O Jozzi sostiene que todavía están en la Basílica Vaticana. Butler (Vidas de los Santos, 6 de Abril) dice que Clemente X le dio algunas de sus reliquias al Cardenal de Retz, quien las puso en la Abadía de San Miguel en Lorraine.
El Xystus a quien se conmemora en el Canon de la Misa es Xystus II, no Xystus I.