Jueves de la I semana de Adviento: San Pedro Pascual

Ermita del Salvador

  • 19:30 Rosario
  • 20:00 Misa

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (26,1-6):

AQUEL día, se cantará este canto en la tierra de Judá:
«Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes.
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.
Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua.
Doblegó a los habitantes de la altura,
a la ciudad elevada;
la abatirá, la abatirá
hasta el suelo, hasta tocar el polvo.
La pisarán los pies, los pies del oprimido,
los pasos de los pobres».
Palabra de Dios

Salmo

Sal 117,1.8-9.19-21.25-27a

R/. Bendito el que viene en nombre del Señor

R/. Bendito el que viene en nombre del Señor.

O bien:

R/. Aleluya

V/. Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes. R/.

V/. Abridme las puertas de la salvación,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mí salvación. R/.

V/. Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,21.24-27):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande».

Palabra del Señor

San Pedro Pascual

De ordenmerced.org

Hijo de fervorosos mozárabes, nació en Valencia el año 1227. Pedro Nolasco y sus frailes conocían  a la familia del joven Pedro Pascual y se hospedaban en su casa, próxima al Portal de Valldigna, cuando iban a redimir. Pedro Pascual inició la carrera eclesiástica en su ciudad natal y perfeccionó sus estudios en la Universidad de París. Vuelto a Valencia fue distinguido con la dignidad de canónigo de la iglesia catedral.

 Pronto abandonó la canonjía e ingresó a la Orden de la Merced, recibiendo el hábito en la catedral de Valencia de manos de Arnaldo de Carcasota el 1250. En 1296 viajó a Roma y el Papa Bonifacio VIII lo nombró obispo de Jaén. Fue consagrado por el cardenal Mateo de Acquasparta, en la capilla de San Bartolomé de la Isla Tiberina, el 20 de febrero de 1296. Realizando, luego, la visita pastoral a su diócesis de Jaén, fue asaltado y llevado cautivo a Granada por los moros de ese reino. En la cárcel escribió, en lengua lemosina:Disputa del obispo de Jaén contra los judíos e Impugnación de la secta de Mahoma, dos interesantísimas obras de contenido apologético, para suministrar argumentos a los cristianos cautivos contra las prédicas proselitistas de judíos y musulmanes. También escribió: Libro de Gamaliel  que trata de la pasión y muerte de Cristo, Destrucción de Jerusalén, Tratado contra el fatalismo musulmán, Glosa del Padre Nuestro y Glosa de los diez mandamientos.

  A este sabio doctor mercedario le cabe el honor de haber defendido públicamente en París y en su escrito Vida de Lázaro, la Inmaculada Concepción de la Virgen María antes que ningún teólogo de occidente, en 1295.

 Sus hermanos redentores enviaron varias veces el precio de su rescate, pero el prefirió que otros cautivos recobraran la libertad en su lugar. Los cincuenta años que vistió el hábito blanco habían dejado en su alma la impronta mercedaria. El 6 de diciembre de 1300 fue decapitado en la mazmorra, revestido todavía con los ornamentos que había empleado para celebrar la misa. Su cuerpo fue sepultado en el mismo lugar donde estaba la prisión y donde murió. Los cristianos llamaron a este lugar Cerro de los mártires. Sus escritos constituyen un valioso legado de la Orden de la Merced. Algunos escritores mercedarios, como Manuel Mariano Ribera (1720), Juan Interián de Ayala (1721), y Pedro Armengol Valenzuela (1901), han defendido el estado religioso y la profesión mercedaria de este ilustre obispo de Jaén. Recogieron y publicaron sus obras los padres Bartolomé de Anento, 1676, y Pedro A. Valenzuela, 1905-1908.

 Canonización

El proceso de beatificación de Pedro Pascual comienza en la diócesis de Jaén, España. El obispo de Jaén reconoce el culto inmemorial el 31 de marzo de 1655. Después en Roma, en los días 31 de mayo y 4 de junio de 1670, la CR y el papa Clemente X confirman la sentencia de culto inmemorial del obispo de Jaén. El 8 de septiembre de 1675 Clemente X  concede la inserción en el martirologio como beato y mercedario. ( Benedetto XIV, o.c. II\1, 460-465, 22 ).