IV Domingo de Adviento

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Templo de las Carmelitas

  • 10:30 Misa
  • 20:00 Misa. Sufragio Margarita Álvarez Dauden.

Ermita de Campolivar

  • 11:30 Misa. Sufragio Mercedes Reig Vicente.

Ermita del Salvador

  • 12:30 Misa

Felicitación de Navidad

Hace más dos mil años nació un niño chiquito en una aldea perdida de Israel, cuando aquel país estaba sometido bajo el Imperio Romano. Nada especial hubiera tenido aquel acontecimiento si aquel niño no hubiera sido el Salvador, el Hijo de Dios.
Con aquel niño nacía una esperanza para el mundo entero, porque mirando a aquel niño, nos damos cuenta de lo importantes que somos para Dios. Ese es el motivo de la esperanza y de la alegría cristiana: ¡Dios nos ama y nos ha regalado lo mejor de sí mismo, a su propio Hijo! ¡En tanto nos estima! ¡Tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo único, para que ninguno de los que creen en él perezca, sino que todos tengan vida eterna! (Jn 3,16).
Aquel niño, cuando creció, dio al mundo el mayor de los mensajes que jamás la humanidad haya podido escuchar: el Evangelio de la vida, de la paz, del amor, de la justicia, de la gracia, de la santidad, de la verdad, de la libertad. Y no sólo nos habló de esos valores nuevos y de esas virtudes de los que tan necesitados seguimos estando, sino que él mismo en su vida los vivió hasta las últimas
consecuencias, convirtiéndose en nuestro modelo y maestro.
Más aún, él sigue vivo y presente en medio de los que creemos en él y continúa bendiciéndonos con su Espíritu, y con su Iglesia, y con sus sacramentos, para que seamos como él mismo fue. Él sigue siendo nuestro compañero de viaje, aunque no nos demos cuenta, y sigue inspirando en nosotros, con su gracia, lo mejor de cada uno.
En Navidad celebramos el nacimiento y la infancia de aquel niño, pero no lo hacemos como un hecho del pasado, sino como un acontecimiento actual, que sigue siendo un motor de vida nueva para todos y cada uno de nosotros: cuando escuchamos su palabra, cuando celebramos la eucaristía, cuando
nuestra existencia está movida por el Amor, con mayúsculas.
De ahí que nuestro saludo de navidad y de año nuevo no pueda ser otro que el de invitaros a que os acerquéis más y más a Jesús, a su Palabra, a su Iglesia, como los pastores, que tras recibir el anuncio del ángel se decidieron con ánimo: “Vamos a Belén” (Lucas 2,15), y desearos que en vuestro trayecto
estéis siempre acompañados de nuestro Señor, y que seáis conscientes de ello.
A todos vosotros, a vuestros familiares y amigos, especialmente a aquellos que
podéis estar pasando una mal momento por cualquier motivo, nos gustaría
animaros en la esperanza y desearos de todo corazón: ¡FELIZ NAVIDAD!

Vuestros sacerdotes,

Marcos Corbella y Rafael Monferrer T.C

Primera lectura

Lectura de la profecía de Miqueas (5,1-4):

Esto dice el Señor:
«Y tú, Belén Efratá,
pequeña entre los clanes de Judá,
de ti voy a sacar
al que ha de gobernar Israel;
sus orígenes son de antaño,
de tiempos inmemorables.
Por eso, los entregará
hasta que dé a luz la que debe dar a luz,
el resto de sus hermanos volverá
junto con los hijos de Israel.
Se mantendrá firme,
pastoreará con la fuerza del Señor,
con el dominio del nombre del Señor, su Dios;
se instalarán, ya que el Señor
se hará grande hasta el confín de la tierra.
Él mismo será la paz».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 79,2ac.3c.15-16.18-19

R/. Oh Dios, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.

V/. Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece;
despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.

V/. Dios del universo, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó,
y al hombre que tú has fortalecido. R/.

V/. Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (10,5-10):

Hermanos:
Al entrar Cristo en el mundo dice:
«Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas,
pero me formaste un cuerpo;
no aceptaste
holocaustos ni víctimas expiatorias.
Entonces yo dije: He aquí que vengo
—pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí—
para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad».
Primero dice: «Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la ley. Después añade: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad».
Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según San Lucas (1,39-45):

En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a un a ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
Palabra de Dios

Reflexión del Evangelio

Después de recibir la llamada de Dios, anunciándole que será madre del Mesías, María se pone en camino sola. Empieza para ella una vida nueva, al servicio de su Hijo Jesús. Marcha “aprisa”, con decisión.
Siente necesidad de compartir su alegría con su prima Isabel y de ponerse cuanto antes a su servicio en los últimos meses de embarazo.
El encuentro de las dos madres es una escena insólita. No están presentes los varones. Solo dos mujeres sencillas, sin ningún título ni relevancia en la religión judía. María, que lleva consigo a todas partes a Jesús, e Isabel que, llena del espíritu profético, se atreve a bendecir a su prima sin ser sacerdote.
María entra en casa de Zacarías, pero no se dirige a él. Va directamente a saludar a Isabel. Nada sabemos del contenido de su saludo. Solo que aquel saludo llena la casa de una alegría desbordante. Es la alegría que vive María desde que escuchó el saludo del Ángel: “Alégrate, llena de gracia”.
Isabel no puede contener su sorpresa y su alegría. En cuanto oye el saludo de María, siente los movimientos de la criatura que lleva en su seno y los interpreta maternalmente como “saltos de alegría”. Enseguida, bendice a María “a voz en grito” diciendo: “Bendita tú entre las mujeres y
bendito el fruto de tu vientre”. En ningún momento llama a María por su nombre. La contempla totalmente identificada con su misión: es la madre de su Señor. La ve como una mujer creyente en la que se irán cumpliendo los designios de Dios: “Dichosa porque has creído”.
Lo que más le sorprende es la actuación de María. No ha venido a mostrar su dignidad de madre del Mesías. No está allí para ser servida sino para servir. Isabel no sale de su asombro. “¿Quién soy yo para
que me visite la madre de mi Señor?”.
Son bastantes las mujeres que no viven con paz en el interior de la Iglesia. En algunas crece el desafecto y el malestar. Sufren al ver que, a pesar de ser las primeras colaboradoras en muchos campos, apenas se cuenta con ellas para pensar, decidir e impulsar la marcha de la Iglesia. Esta situación nos esta haciendo daño a todos. El peso de una historia multisecular, controlada y dominada por el varón, nos impide tomar conciencia del empobrecimiento que significa para la Iglesia prescindir de una presencia más eficaz de la mujer. Nosotros no las escuchamos, pero Dios puede suscitar mujeres creyentes, llenas de espíritu profético, que nos contagien alegría y den a la Iglesia un rostro
más humano. Serán una bendición. Nos enseñarán a seguir a Jesús con más pasión y fidelidad

Avisos

CÁRITAS EL SALVADOR DE GODELLA

En nombre de Cáritas Parroquial y en nombre de las personas atendidas en Cáritas, queremos agradeceros el cariño que cada año ponéis en la Campaña Kilo de
Navidad.
Cáritas es la entidad socio-caritativa de la Iglesia Diocesana para atender a las personas de riesgo de exclusión social.
Toda esta ayuda es posible gracias a la colaboración de particulares, socios, comunidades parroquiales y de los Centros Educativos de EPLA, Domus y Edelweiss.
Gracias por vuestra generosidad.

MISA DE NOCHEBUENA (DEL GALLO)

Retomamos de nuevo esa Misa especial de la Nochebuena, más conocida
coloquialmente como la Misa del Gallo. Este año, podréis participar de esta Misa, a las 12 de la Noche en la Parroquia El Salvador de Godella.

EVANGELIO de 2019

Ya podéis adquirirlo en la Sacristía el.  El donativo es de 4,50€.