Domingo, 1 de julio. Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo

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Templo de las Carmelitas

  • 10:30 Misa
  • 20:00 Misa. Sufragio. Margarita Álvarez Dauden y difuntos de la Familia Benito Simón.

Ermita de Campolivar

  • 11:30 Misa. Sufragio José Warleta Carrillo

Ermita del Salvador

  • 12:30 Misa

Francisco, nuevo libro sobre el Padrenuestro: «No se puede rezar teniendo enemigos en el corazón»

El Papa vuelve a comparecer en las librerías con éste nuevo libro sobre la oración del “Padre Nuestro” como una reflexión espiritual. En Padre Nuestro (Romana Editorial y Libreria

Edictrice Vaticana), cada petición del Padrenuestro está enmarcada en la predicación del Papa en los Ángelus y en las catequesis de las audiencias generales de los miércoles. Francisco cuenta que fue su abuela quien le enseñó a rezarlo cuando era pequeño. “El Padrenuestro encierra toda oración posible”, “en relación a Dios (primeras tres invocaciones) y a los demás (cuatro últimas peticiones). Es don a una petición los discípulos: «Enséñanos a orar»”. Y a las preguntas que suscita ese don “Francisco responde con su estilo ágil, vivaz, pedagógico, tocando el corazón con imágenes y anécdotas sencillas”. Algunas reflexiones del Papa extraídas del Padre Nuestro: -”La oración de los ancianos y de los abuelos es un don para la Iglesia, ¡es una riqueza! Una gran inyección de sabiduría también para toda la sociedad humana: sobre todo para aquella que está demasiado ajetreada, demasiado enfrascada, demasiado distraída”. -”Padre nuestro, padre mío. Mío, ciertamente, pero también de los demás, de mis hermanos. Y si no estoy en paz con mis hermanos, no puedo decirle «Padre»… No se puede rezar teniendo enemigos en el corazón, con hermanos y enemigos en el corazón…Espero que cada uno de nosotros, mientras dice «Padre nuestro», se descubra cada vez más amado, perdonado, bañado por el rocío del Espíritu Santo y así sea capaz de amar y perdonar a su vez a cualquier otro hermano, a cualquier otra hermana”. -”Comienzo por aquí: el Padrenuestro me da seguridad, no me siento desarraigado, no me siento huérfano… Es el Dios inmenso, el Dios de la gloria, pero camina contigo y, cuando es necesario, te da también el helado”. -”Esta es una de las muchas maneras para santificar el nombre de Dios: sentirme niño en sus manos”. -”Dios no espera a que tú llames a su puerta, es Él quien llama a la tuya, a inquietarte el corazón. Él es el primero que te espera. A mí me gusta decirlo en español: Dios nos primerea”. -”El reino de Dios es una realidad que ya poseemos; bueno, es mejor cambiar la perspectiva: dejarnos poseer por la certeza de que Él ha venido… Decir «venga tu reino» es mendigar”. -”Podrás perdonar si has tenido la gracia de sentirte perdonado. Solo la persona que se siente perdonada es capaz de perdonar. Yo perdono porque, antes, he sido perdonado”. -”La familia es un gran gimnasio de entrenamiento en el don y en el perdón recíproco sin el cual ningún amor puede ser duradero… Es indispensable que, en una sociedad a veces despiadada, haya espacios, como la familia, donde aprender a perdonarse los unos a los otros”.

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (12,1-11):

En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él.  La noche antes de que lo sacara Herodes, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel. De repente, se presentó el ángel del Señor y se iluminó la celda.  Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo: «Date prisa, levántate.»  Las cadenas se le cayeron de las manos y el ángel añadió: «Ponte el cinturón y las sandalias.» Obedeció y el ángel le dijo: «Échate el manto y sígueme.»  Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó el ángel.  Pedro recapacitó y dijo: «Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos.»

PALABRA DE DIOS

Salmo Responsorial: (Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9)

R/ El Señor me libró de todas mis ansias.

Bendigo al Señor en todo momento,  su alabanza está siempre en mi boca;  mi alma se gloría en el Señor:  que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre.  Yo consulté al Señor, y me respondió,  me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,  vuestro rostro no se avergonzará.  Si el afligido invoca al Señor,  él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.

El ángel del Señor acampa  en torno a sus fieles y los protege.  Gustad y ved qué bueno es el Señor,  dichoso el que se acoge a él. R/.

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (4,6-8.17-18):

Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

PALABRA DE DIOS

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-19): En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»  Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»  Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»  Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»
PALABRA DEL SEÑOR.

Reflexión del Evangelio

Querido amigo/a: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” A Pedro y Pablo les costó entenderlo, pero al final conocieron al Maestro y respondieron a esa pregunta con la entrega de su propia vida hasta el final. Qué bonita forma de contestar a esta pregunta, con los hechos, con la vida, no con las ideas o teorías. Evidentemente necesitamos razonar la fe y estudiarla, conocer al Jesús histórico, su contexto, empaparnos de una buena cristología. Todo ello es necesario. Pero la pregunta que nos hace Jesús se contesta con la entrega. Los dos tuvieron debilidades: un perseguidor de cristianos, cuya vida dio la vuelta como un calcetín tras un proceso tumbativo de conversión; y un pescador impulsivo de Galilea, que reculó en el momento de la prueba, pero que cuando experimentó el perdón de Jesús, se entregó a Él sin condiciones y recibió el encargo de presidir la Iglesia. Eran normales, como nosotros; pecadores, también como nosotros. Sin embargo, lo que les hizo grandes fue dejarse llevar por la iniciativa del Señor, responder a la llamada. San pablo con Ananías, el instrumento que puso el Señor para acompañar y guiar a Pablo en su proceso de conversión. San Pedro, con la convivencia y vida junto a Jesús y resto de discípulos, aprendiendo en comunidad a vivir el Evangelio que el Señor les iba enseñando con sus palabras y acciones. En esta solemnidad podríamos celebrar sus vidas por separado, pero la Iglesia los recuerda juntos para unir el afán misionero de Pablo con el ministerio de ser la cabeza de gobierno de la Iglesia. Una iglesia organizada en comunión cuya razón de ser es anunciar a Jesús. También nosotros queremos responder a la llamada del Señor como lo hicieron estos grandes hombres de nuestra Iglesia, porque nuestra vocación, como nos recuerda el Papa es la santidad, es decir, crecer en la entrega y amor al Señor hasta darlo todo por Él, como hicieron San Pedro y San Pablo. Que ellos intercedan por nosotros, por la misión de la Iglesia y por el ministerio petrino del Papa Francisco, que el Señor lo siga alentando con su amor y gracia.

Avisos Parroquiales

Cáritas Parroquial:

Tendremos reunión el jueves 5 de julio a las 20:30 h, en el Centro Parroquial.

Rezo de Vísperas y Exposición del Santísimo:

El próximo viernes 6 de julio, a las 19 h en la Ermita del Salvador

La AECC Junta Local Godella:

El sábado 7 de julio, a las 21 h, en la Falla Cervantes-San Blas, habrá una “Cena Solidaria”, a favor de la lucha contra el cáncer. El donativo es de 10 €. ¡Colaboremos todos por una causa justa!