Templo de las Carmelitas
- 17:30 a 19:00 ensayo de los niños y niñas que van a recibir la Primera Comunión el próximo sábado 12 de mayo.
Ermita del Salvador
- 19:30 Rosario
- 20:00 Misa.
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (17,15.22–18,1):
En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas,
y se volvieron con el encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con él cuánto antes.
Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo:
«Atenienses, veo que sois en todo extremadamente religiosos. Porque, paseando y contemplando vuestros monumentos sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: “Al Dios desconocido”.
Pues eso que veneráis sin conocerlo os lo anuncio yo. “El Dios que hizo el mundo y todo lo que contiene”, siendo como es Señor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por manos humanas, ni lo sirven manos humanas, como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo.
De uno solo creó el género humano para que habitara la tierra entera, determinando fijamente los tiempos y las fronteras de los lugares que habían de habitar, con el fin de que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo han dicho incluso algunos de vuestros poetas: “Somos estirpe suya”.
Por tanto, si somos estirpe de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Así pues, pasando por alto aquellos tiempos de ignorancia, Dios anuncia ahora en todas partes a todos los humanos que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre a quien él ha designado; y ha dado a todos la garantía de esto, resucitándolo de entre los muertos».
Al oír «resurrección de entre los muertos», unos lo tomaban a broma, otros dijeron:
«De esto te oiremos hablar en otra ocasión».
Así salió Pablo de en medio de ellos. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más con ellos.
Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 148,1-2.11-12.13.14
R/. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles;
alabadlo todos sus ejércitos. R/.
Reyes del orbe y todos los pueblos,
príncipes y jueces del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los ancianos junto con los niños. R/.
Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra. R/.
Él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (16,12-15):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».
Palabra del Señor
Reflexion
Del Obispo Barron
Amigos, el Evangelio de hoy nos dice que cuando el Espíritu venga nos guiará hacia toda la verdad. Hay una historia que he escuchado acerca de Jean-Luc Marion que, si no es verdad, debería ser. En medio de una animada conferencia sobre Descartes, un estudiante formuló una pregunta puntual sobre Dios. Marion la miró y dijo: «Ve a la Misa dominical por un año y luego vuelve y hazme esa pregunta otra vez».
La respuesta de Marion no fue solamente ingeniosa. Si el verdadero conocimiento de Dios depende de una inmersión en el Espíritu Santo, entonces ese conocimiento es toda una forma de vida que incluye la oración, el sacrificio, las obras de misericordia corporales y espirituales, y el perdón a los enemigos. No tenemos que pensar tanto sobre nuestro camino hacia un entendimiento de Dios sino más aún vivir ese camino.
Tomás de Aquino siempre mencionaba que debía su teología mucho más a la persistencia en la oración que a la agudeza de su mente. Su penetración en los misterios divinos fluía de su vida en el Espíritu Santo. Y así es que hoy rezamos: «¡Ven, Espíritu Santo, ven!»