Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda».
(Mt 5,38-42)
San Romualdo
Era hijo de los duques que gobernaban Ravena (Italia). Educado según las costumbres mundanas, durante unos años su vida fue bastante descuidada. Sin embargo, lo aceptaron como monje benedictino.
Dedicó su vida a orar y a hacer penitencia y más tarde se fue a vivir solo a una montaña. Durante 30 años San Romualdo fue fundando conventos en Italia donde los pecadores pudieran hacer penitencia. Leía vidas de santos y se esmeraba por imitarlos en las cualidades y virtudes en las que más sobresalió cada uno. Volvió al monasterio de Ravena del que fue Superior, pero, más tarde renunció al cargo y fundó la Comunidad de religiosos del Campo de Málduli.