Tres pequeños propósitos que todo cristiano puede hacer en Año Nuevo

Mons. José Gómez, Arzobispo de los Los Ángeles (Estados Unidos), es uno de los que sugiere realizar esta práctica.

1.- Colocar a Jesús en el centro de nuestras vidas.

El prelado indicó que las mejor forma de acercarse a Jesús es leyendo el Evangelio diariamente. Cada día durante unos minutos lea un pasaje de, puede ser de la lectuara diaria de la Misa. Pregúntele personalmente a Jesús:  “Señor, ¿qué me estás diciendo a mí? ¿Qué quiere que yo haga? ¿Que debo cambiar en mi vida si quiero seguirte más de cerca?”

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2.- Mejorar la vida de los demás.

La segunda resolución es tener la disposición y la intención diario para servir, “de mejorar la vida de alguien”. El amor “empieza con aquellos que nos exigen más cosas, con los que representan un reto para nuestro egoísmo”. Con aquellos que están más cerca.
Por ello, se sugiere tener más paciencia, ser más comprensivos, no juzgar inmediatamente sino dar el beneficio de la duda; aceptar a las personas tal cómo son. También dejar de criticar y hacer que las conversaciones sean positivas.
“Hemos de tratarnos unos a otros con ternura y amor. Algunas veces podemos cambiar todo el curso del día de las personas tan solo sonriéndoles, tan solo con escuchar lo que ellas tienen qué decir”, manifestó.

3.- Perdonar a los demás como Dios nos perdona a nosotros.

Este propósito consiste en pensar en silencio en alguna persona con la que uno esté enfadado o que no nos agrade. “En silencio, pensemos… en alguna persona con la que estemos molestos, con los que estemos enojados, en alguien que no nos guste. Pensemos en esa persona y… oremos por esta persona y volvámonos misericordiosos con esta persona”. “No perdonamos lo suficiente. Esto daña a nuestras familias. Esto perjudica nuestras relaciones. La gente nos va a hacer daño y nos va a ofender todos los días. Pero permanecer enojados o resentidos no cura nada. Sólo hace que las cosas nos lastimen por más tiempo”.

Extraído del boletín parroquial en papel